Goethe: ni ahí con darle sentido a tus Faustos
- Araceli Pizarro
- 10 nov 2016
- 2 Min. de lectura
Goethe no solo se encargó de profetizar acerca de los límites del conocer por conocer, también dentro de su más iconica obra es posible apreciar que fue el primero en dar pauta para el uso de la mujer como objeto para el desarrollo de un otro en el arte escénico.
Fausto es conocido por representar el romanticismo más puro. Sus ideales y cuestionamientos a la academia y la iglesia son elementos que han mantenido esta historia de Goethe en el imaginario filosófico y literario desde que salió a la luz.
Sin embargo, este mítico personaje tenía más capas: fue, dentro de todo su existencialismo, un abusador que se desarrollaba a través de una mujer. Disfrazado de interés romántico, Gretchen es la mujer que destaca en este texto debido a que es conquistada por Fausto con ayuda del diablo. El término mujer, de hecho, es un tanto riesgoso porque Gretchen tiene recién 14 años; una lolita. La tragedia de esta niña dentro de la obra de teatro es bastante dolorosa porque ella está enamorada de su abusador, quien al final ni siquiera se preocupa de su desastrozo desenlace.
En Fausto nos encontramos con una niña-objeto que solo forma parte del entramado para satisfacer al personaje principal. Sus abusos y maltratos pasan desapercibidos, apoyados por el contexto y por el hecho de que Goethe, siendo hombre, no es capaz de concientizar sobre eso.
Hay varias películas que han trabajado dicho conceptos. Un ejemplo súper concreto y completamente enlazado es el de la Lolita de Vladimir Nabokov que ha sido adaptada a película en los años 1962 y 1997.

La trama de esta historia recae básicamente en que un hombre adulto se obsesiona sexualmente con su hijastra de doce años. La novela fue, y de cierta manera, sigue siendo sumamente controversial pero no por eso no tuvo una buena recepción. Literariamente es considerada una joyita y sus películas también dieron de qué hablar.
Desde un punto no tan trágico y violento como el que se presenta en Fausto, ni en Lolita es posible ver en la actualidad el recurso de la mujer objeto en películas tales como (500) días con ella o Ruby Sparks:
En ambas películas mencionadas el protagonista no se mueve sino es en torno a una mujer, completamente idealizada, que está dentro de los límites que este pinta (Ruby Sparks literalmente trata sobre un autor enamorado del personaje que creó) y cuando ella rompe esos esquemas, es juzgada y odiada por no corresponderle. Casi como si le debiera algo al hombre, convertida en el arroz del personaje principal.
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