La esclusa o la excluida de la sociedad: ¿Que nos hace más femeninas que nuestra propia menstruación
- Consuelo Ortega
- 9 dic 2016
- 2 Min. de lectura
Somos el reflejo de nuestra propia sangre, esto queda claro en la obra de teatro La esclusa de Michel Azama que nos muestra una cruda y trágica realidad dentro de una cárcel femenina de Paris, donde nos hacen ver los miedos y anhelos de las presas, sus crímenes, carencias humanas y pérdida de la feminidad.
Cuando cometemos un error legal dentro de una sociedad esperamos que al cumplir con la pena, también aprendamos la lección y nos sanemos del error que cometimos, pero ¿Qué van a hacer las personas que caen presas y son privadas de su “libertad”? Sufren más, no se les enseña que lo que hizo no está bien, hoy en las cárceles vemos mucha corrupción y los presos son obligados a vivir en condiciones infrahumanas.
con la esclusa se ve mucho de eso, pues las mujeres ni siquiera tienen derecho a tener toallas higiénicas para abaratar costos dentro el presupuesto, son encerradas en aislamiento por cualquier tontería.¿ Es más fácil desechar lo que ya no nos sirve que repararlo y volverlo a usar? “Adios mis muertas” ese es el sentimiento que la protagonista tenía para sus compañeras de sangre, pues se sentía de esa forma, abandonada y aun con la culpa de haber matado.

Todas las mujeres somos femeninas, es innato en nosotras, pero ¿Cuando la perdemos? ¿Cuando envejecemos o somos feas? Las mujeres en esta pequeña cárcel de Francia no sólo pierden su libertad como seres humanos, sino que también como mujeres, pues las largas condenas y el paso de los años van desgastando el lado femenino de cualquiera y esto se ve reflejado en sus cuerpos, ellas misma se cuestionan que ya no tienen traseros de jovencitas.

A pesar de que son hartas las mujeres, de igual forma se sienten solas e inundadas en una culpa que las va matando poco a poco, y a falta de otro cuerpo donde encontrar amor, buscan consuelo entre ellas mismas. Incluso está la idea de verse guapas a la hora de los juicios, se crean ilusiones falsas y expectativas de una realidad que no está, incluso tienen la expectativa de aparecer en televisión, ¿Y para qué, de qué sirve? si estoy aquí encerrada.

Finalmente se encuentra presente el miedo a la libertad, al salir y que nadie la está esperando para encontrarse con ella, ahí es cuando se da cuenta que está sola y que en realidad siempre lo estuvo, no habrá nadie a quien abrazar, perdió todo lo que alguna vez amó, todos están libres y a salvo, menos tú y seguiras siendo una esclusa más de la sociedad.
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